Fachadas

La imagen de tu vivienda.

DESCRIPCIÓN

De las paredes exteriores que limitan un edificio, entenderemos como fachada principal, aquella que da a la vía pública o donde tiene la puerta principal de entrada, y como fachada posterior aquella que da al patio interior de manzana, o bien la que queda en la parte opuesta a la entrada principal del edificio.
Al ser éste el elemento que da imagen al edificio, nos encontramos con tipologías y sistemas constructivos muy diversos.

Haciendo una clasificación cronológica (aunque los estilos se solapan entre ellos en el tiempo), nos encontraríamos con fachadas de estilo romano, románico y medieval, gótico, renacentista, barroco, neoclásico, ecléctico-historicista, modernista, novecentista, racionalista, de postguerra, y contemporáneo.
Según esto, las técnicas a utilizar para su restauración deberán ser coherentes con los sistemas constructivos y lógicas compositivas de cada época y estilo.

Para la realización de estos trabajos, el criterio básico es la seguridad de los elementos como balcones y paramentos verticales.
Las principales patologías se encuentran en el forjado de los balcones y cornisas donde las varillas de hierro utilizadas para su construcción, se encuentren en periodo de corrosión debido a las constantes filtraciones de agua, aumentando su volumen, hace que se produzcan grietas y posibles desprendimientos.

Se ofrece una garantía de 5 años, según marca la Ley de Ordenación de la edificación, en los trabajos realizados, siempre que se realice un trabajo integral de la misma, con el fin de garantizar la seguridad y una larga duración de la rehabilitación efectuada.

 

PATOLOGÍAS Y SOLUCIONES HABITUALES

En una sola fachada se suelen dar patologías tan diversas como los elementos constructivos que la componen.
Desde un punto de vista estructural, podemos encontrarnos con grietas en muro de fachada, disgregación de mortero de juntas de obra vista, rotura de dinteles, pérdida de integridad en losas de balcones y voladizos, carbonatación de hormigón de cantos de forjado y corrosión de armaduras de zunchos perimetrales, corrosión de barandillas y anclajes, etc.

A esto tendríamos que añadir aquellos problemas de acabados, como desprendimientos de aplacados (cerámicos, de piedra, sintéticos…), de revestimientos (revocos de mortero de cal con o sin marcaje, granulite, monocapa, esgrafiados…), erosión de volúmenes, sedimentación y adhesión de suciedad sobre materiales porosos, exfoliación de obra vista, eflorescencias, etc. De entrada, la norma es siempre reparar esos elementos en proceso de degradación y consolidar aquellos susceptibles de deteriorarse. La sustitución se plantea en casos irrecuperables.

Sustitución de losas de balcones

En muchos casos, la afectación en losas de balcones está tan avanzada que no se puede garantizar
la reparación del elemento. Así pues, se hace necesario el derribo de la losa entera y la colocación
de una nueva.

La nueva losa se prefabricará en taller, utilizando tecnologías actuales, y reproduciendo los volúmenes
de las losas originales, con acabados compatibles con los sistemas constructivos y formales de la fachada.

Refuerzo de dinteles y jambas de ventanas

Cuando hay patologías estructurales en fachadas, éstas suelen ser muy visibles en esos puntos donde hay aperturas, apareciendo grietas en dinteles de ventanas y balconeras, por ser zonas donde las tensiones son más altas.
En estos casos se debe restituir la continuidad de los elementos mediante refuerzos adecuados, teniendo en cuenta los diversos factores funcionales, constructivos y formales.

Restitución de elementos

La acción de agentes atmosféricos y envejecimiento de materiales, provoca que los recubrimientos de fachadas pierdan continuidad, se agrieten y lleguen a desprenderse parcialmente. Dependiendo del tipo de edificio, son varias las acciones posibles. Desde la recuperación de estucados de cal con marcaje, a la sustitución de recubrimientos dañados por morteros monocapa, estucos venecianos, pinturas al silicato, pinturas de pliolite, revocos de mortero drenante, etc.

Tratamiento de la piedra y obra vista

La actuación de agentes químicos, como sales diversas, sulfatos y nitratos disueltos en la atmósfera, sobre todo en las ciudades, acelera la degradación de la piedra. Como norma general, el procedimiento será el siguiente:

– Limpieza de la piedra con detergentes neutros, para parar las reacciones químicas que la estén degradando.
– Fijación y consolidación de aquellas partes que hayan perdido integridad.
– Restitución de volúmenes y reposición de piezas irrecuperables.
– Protección de la piedra mediante la aplicación de productos pasivadores y selladores de poros.


Variaciones de estos procesos pueden ser utilizados, para la limpieza, recuperación y posterior protección de la piedra y obra vista ante grafitis y otros actos vandálicos de este tipo.

Aplacados

El problema que puede surgir en aplacados, es su desprendimiento, debido a diversos factores.
En todos los casos, se deberá asegurar la estabilidad de aquellas piezas que no se hayan desprendido, mediante fijación mecánica de las mismas, restitución de aquéllas que ya hayan caído, y protección final del conjunto, mediante sellados, imprimaciones o el sistema que se considere conveniente según las causas que hayan actuado en su degradación.


Aislamiento térmico

Sistemas de aislamiento con la ventaja de eliminar completamente los puentes térmicos (SATE)

Se aplicará una capa de mortero hidráulico para la adhesión y protección de las placas aislantes de poliestireno expandido de 4 cm de espesor y de densidad D/20, ancladas mecánicamente mediante tacos fabricados en polipropileno.

Se colocan cantoneras de aluminio en las aristas de fachadas, como refuerzo de la placa aislante.
Aplicación de una capa de mortero endurecedor de un espesor de 5 a 6 mm, armado con una malla de fibra de vidrio la cual dará solidez a todo el paramento.

Acabado del sistema con un revestimiento impermeable y decorativo. Color a elegir.